Valores en la Educación Superior

Desarrollo

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos.
El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana.

Una perspectiva integral de la educación implica una interrelación entre los componentes instructivos y una eficaz formación de valores. En esta intención deberá trabajarse por dinamizar los mecanismos que promuevan el desarrollo de los estudiantes hasta consolidarlos en entes activos y participativos de su entorno social, en cuya interconexión primen los fundamentos de la sensibilidad, el apego a su historia y su cultura.

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El proceso de formación de valores ocupa un lugar importante ante los retos, contradicciones y complejidades que caracterizan el contexto actual. Los fundamentos teóricos que al respecto han sido analizados, necesitan ser concretados en acciones que influyan en la formación integral de los estudiantes en esta perspectiva de cambio y transformación.

No basta que la educación superior sea más pertinente. Debe también ser de mayor calidad. Pertinencia y calidad deben marchar de la mano. La preocupación por la calidad es la preocupación dominante en el actual debate y, posiblemente, lo seguirá siendo en el futuro.

En el contexto cubano, se definen como características esenciales de la Universidad que proponemos el carácter científico, tecnológico y humanista de todas nuestras instituciones de educación superior.

Además, la universidad cubana centra su atención principal en la formación de los valores que deben caracterizar a ese profesional para que pueda servir del mejor modo posible a su país, atendiendo, desde el contenido de cada carrera, cómo se van formando esos rasgos de su personalidad.

¿Con qué fundamentos epistemológicos y axiológicos se cuenta para lograr este empeño?. Conjugar la promoción de la cultura cubana con la dinamización de la riqueza conceptual del ideario de José Martí se convierte en una fortaleza de posibilidades insospechadas, pues tener una formación integral implica, ante todo, ser capaces de apreciar en alto grado los elementos de la cultura, las relaciones humanas, apropiarse de los valores formados a través de la historia, presentes en el pensamiento y las tradiciones de nuestro pueblo. La cultura, alma de la nación, funciona con la misma intensidad como escudo y espada, porque es el elemento de mayor fuerza en el proceso de conformación nacional al reforzar el sentido de pertenencia.

¿Se han aprovechado siempre estas posibilidades en la formación del hombre nuevo que necesita la sociedad contemporánea cubana?. Es innegable que estas posibilidades no se han potenciado en toda su magnitud. En los centros universitarios son aún insuficientes los resultados observados desde el punto de vista de la práctica pedagógica concreta en relación con la formación de valores.

La educación humanista, encaminada a la formación de valores, ha sido escasa y esquemática. No se ha sido esencialmente consecuente con lo mejor de la tradición pedagógica cubana que siempre anheló conjugar los componentes instructivos y educativos en un nivel que permita la formación de un profesional eficazmente preparado para enfrentar los retos y desafíos en el orden científico – técnico, en la misma medida que sea capaz de interpretar e insertarse en los procesos sociales más generales con creatividad y flexibilidad para ajustarse a realidades cambiantes, sin que ello provoque un impacto sustancial en el sistema de normas y valores.

Se resume que los primeros referentes de la presente investigación se integran al hecho de que la educación de los valores en la educación superior constituye un tema de gran actualidad y trascendencia en la formación de los profesionales que necesita la sociedad. Su carácter complejo, multifacético y contradictorio exige del claustro de profesores una especial preparación teórica y metodológica en el campo psicopedagógico para su investigación y en la labor docente-educativa. Como objeto de investigación está siendo estudiado en las universidades cubanas y extranjeras con la obtención de resultados muy interesantes y promisorios, los cuales deben ser estudiados e introducidos en la práctica educativa con las adecuaciones correspondientes.

En un primer momento, en el proceso de diseño de la investigación se acudió a los referentes epistemológicos y metodológicos que respaldarían todo el trabajo investigativo. Se destacan los aportes de importantes autores entre los que podemos mencionar los textos Investigación educativa (Colás y Buendía, 1992) e Investigar en Educación Social (López y Pozo, 2003)

A su vez, se toma como basamento de esta investigación, el hecho de considerar la importancia del contexto histórico y sociocultural como determinante para la explicación del desarrollo humano y por tanto la evolución del ser humano se asume con los requerimientos que le imprimen su condición de pertenecer a determinado grupo sociocultural.

Al partir de esta concepción, entonces se llega a la valoración de los procesos de representación axiológicos en estrecha interrelación con el desarrollo histórico y socio-cultural de la sociedad.

Además, en el desarrollo de la investigación fue muy valioso el acercamiento a las diferentes intervenciones y ensayos de prestigiosos intelectuales cubanos como Hart (1995, 2002, 2003), Vitier (2002, 2003) y Prieto (1999) que reiteradamente han insistido en las posibilidades de la promoción de los elementos más valiosos de nuestra cultura y del acercamiento al ideario martiano si aspiramos a la formación integral de las nuevas generaciones por las posibilidades comunicativas y valorativas que emanan de estos procesos culturales.

Desde el punto de vista pedagógico y de definición conceptual se siguen por lo valioso de los aportes realizados en esta temática, los criterios de Fabelo (1989, 2003), al considerarse como la perspectiva más abarcadora y de mayores posibilidades en cuanto a los fundamentos epistemológicos de formación de valores.

En cuanto a los conceptos de educación integral y las posibilidades que ofrece el análisis de contenido desde una perspectiva axiológica, la investigación toma como fundamentos los propios conceptos ofrecidos por Martí (1883, 1884, 1886) y que se relacionan con otras propuestas de educación integral como el modelo propuesto por el profesor Gervilla (2001) y que fue corroborado y enriquecido por Álvarez (2003)

En la presente investigación también se parte de la significación que adquiere la dimensión cultural en la cosmovisión martiana para demostrar la riqueza referencial y conceptual de estos elementos cosmovisivos y su inquietante contemporaneidad que permiten la conformación de un modelo axiológico a partir de los textos martianos que abordan temas relacionados con obras y personalidades de la cultura cubana.

A toda esta fundamentación, se añaden los principios expuestos por Mayor (1995), mientras se desempeñaba como Director General de la UNESCO, cuando expresó al reflexionar sobre las posibilidades axiológicas que ofrece el acercamiento al ideario martiano:

“ ¿ En qué medida un pensamiento decimonónico, nacido al calor de la lucha por la independencia de una isla de las Antillas, nutrido en las fuentes del humanismo europeo y madurado en un castellano de resonancias clásicas, conserva relevancia ante los problemas que se perfilan como fundamentales en el horizonte del siglo venidero? La relectura de los textos medulares de José Martí no deja lugar a dudas: su obra posee plena y esclarecedora actualidad. La originalidad radical de Martí, la sustantiva actualidad de su pensamiento, hay que buscarla en su contenido ético, en el corpus de valores y creencias que fundamenta tanto su producción intelectual como su actividad pública. “

La selección de este fundamento ha sido apoyada también por las valoraciones realizadas por prestigiosas personalidades de la cultura cubana como Hart (1995, 2002, 2003) y Vitier (1995,2002, 2003) que han coincido en asumir a José Martí como paradigma para los procesos educacionales y culturales del contexto socio- histórico cubano.

Reconocen que la enseñanza política y cultural martiana resume el siglo XIX cubano, ya que fue la síntesis más elevada en la que se fusiona el pensamiento político social con las raíces del movimiento de masas, en la que la unidad de la cubanía y su fuerza alcanzó en la cultura política una capacidad insospechada:

”Martí hereda y enriquece lo mejor de nuestra tradición pedagógica y cultural hasta colocar el ideal cultural al mismo nivel que el afán práctico de liberación. Su exaltación de los valores espirituales sin olvidarse ni por un instante y luchando contra ello, de la fiera que todos tenemos dentro y a la cual él quería poner riendas, es una enseñanza para hallar caminos prácticos hacia tan altos objetivos. Y esas riendas precisamente están en la educación y la cultura y sus potencialidades para promover las mejores disposiciones humanas. (Hart: 1995: 32)

Además apunta que José Martí adquiere una renovada vigencia, representa la cúspide de la cultura política, social y filosófica nacional en el siglo XIX. Su legado se proyecta en la presente centuria, orientado hacia los intereses de la humanidad y mantiene una vigencia para enfrentar los problemas actuales que debe ser examinada por todos aquellos preocupados por el futuro de la humanidad.

Por su parte Vitier (2002) afirma que sería difícil citar otro caso de identificación de un país con un hombre, que alcance la magnitud de la encarnación de Cuba en la persona y obra de José Martí. En esta misma dimensión, argumenta: Y de la praxis de Martí, de la puesta en práctica de su pasión integradora de toda aspiración espiritual creciente y de todo progreso material justiciero, seguirá surgiendo el mayor y mejor desarrollo de una cultura autóctona, invencible en la misma medida que a su vez se nutra y esté al servicio de la cultura universal (Vitier, 2003:19)

Esto es posible gracias a que José Martí profundiza en las posibilidades formativas y de consolidación de la identidad nacional que emanan de los procesos culturales, haciendo énfasis en elementos claves de la cultura cubana en general y de nuestras artes, a partir de su visión sobre importantísimos creadores, exponentes todos de lo más valioso de nuestra identidad cultural.

Otras prestigiosas personalidades de la cultura cubana han insistido en la trascendencia y contemporaneidad del legado martiano: “el mayor tesoro con que cuenta nuestro pueblo, su fortaleza mayor, es la inmensa y riquísima herencia martiana, donde se guarda lo mejor de nuestra historia y están trazadas líneas exigentes y ávidas hacia el porvenir. “(Fernández, 1995: 36).

Alarcón (2000) resume todo lo anterior cuando plantea: “Las ideas de Martí resultan imprescindibles en esta época porque él fue capaz de interpretar la suya con rigor científico insuperable. Al desentrañar su tiempo desde la raíz nos legó las claves para entender cualquier otro tiempo”.

De forma resumida, pueden encontrarse suficientes razones que justifiquen la presente investigación en las siguientes consideraciones:

- José Martí es la figura más importante de la historia y la cultura nacional.

- El conocimiento de la obra martiana conduce al afianzamiento de su vigencia y a partir de aquí puede dinamizarse como modelo portador de valor.

- La unicidad y coherencia de su pensamiento permite estructurar un modelo axiológico a partir de los textos referidos a destacadas economistas y personalidades de la cultura cubana en general.

- Los diferentes textos martianos que abordan importantes obras y personalidades de la economía han quedado como importantes documentos que resumen elementos valiosos del pensamiento martiano.

- Existe un reconocimiento unánime de la importancia de asumir el legado martiano para enfrentar los retos de educación integral de los estudiantes universitarios pero no se evidencia una corroboración desde el punto de vista de la praxis pedagógica universitaria de estos postulados que entonces han quedado en una dimensión teórica.

- Las investigaciones educativas acerca de la obra de José Martí han abordado aspectos relacionados con los procesos de recepción de su ideario, no es evidente una didáctica integradora que promueva esencialmente un modelo axiológico de perspectiva integral.

- En el proceso de acercamiento de los estudiantes universitarios, se ha hecho énfasis en lo conceptual, no en lo afectivo-volitivo.

- Se acuden a determinados textos dedicados a niños y jóvenes, reconociendo sus posibilidades axiológicas, pero quedan en un universo limitado al reiterar un número escaso de dichos textos, con lo que otras importantes aristas del pensamiento martiano quedan fuera de las propuestas educativas que se realizan.

- Esta situación ha implicado que tampoco se haya indagado esencialmente en su pensamiento económico para encontrar regularidades que permitan fundamentar la posibilidad de conformar un modelo axiológico para la educación integral de los estudiantes universitarios a partir de un análisis de contenido axiológico de textos representativos de dicho pensamiento económico.

Después de encontrar suficientes elementos que fundamentan la importancia de acercarnos a la obra de José Martí y en especial a los textos referidos a su pensamiento económico, se propone determinar la existencia de un modelo para la formación integral de los estudiantes de la carrera de Contabilidad y Finanzas.

Autores: Lic. Yuliesky Cristo Dévora, MSc Ramón Miranda Echevarría, Ing. Yunier Pérez Garcia. Octubre de 2009

Como citar este texto: 

Econlink (30 de Oct de 2009). "Valores en la Educación Superior". [en linea]
Dirección URL: https://www.econlink.com.ar/node/2477 (Consultado el 14 de Mayo de 2021)


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